Inmersos en la primera ola de calor del verano y tal como sucede cada año ante los primeros episodios de calor, los medios de comunicación se inundan con imágenes de termómetros callejeros marcando valores de temperatura escandalosos.
Sin duda, estas imágenes, buscan claramente el sensacionalismo ya que los valores mostrados no se acercan, ni de lejos, a los valores reales de temperatura que obtendríamos en esos mismos lugares con un termómetro homologado y correctamente instalado.
Antes de nada, veamos cuáles son las indicaciones de la OMM (Organización Meteorológica Mundial) para la correcta instalación de un termómetro:
Instalación en una garita meteorológica, bien aireada, pintada de blanco, a metro y medio de altura, sobre césped y con las puertas orientadas al norte.
¿Qué sucede en los termómetros callejeros?
Los sensores que miden la temperatura en estos termómetros callejeros están situados dentro de un armazón metálico cerrado, carente de ventilación y normalmente de color oscuro. Por lo tanto, la incidencia directa de los rayos solares sobre este armazón provoca su calentamiento, que a su vez calienta el aire que tiene a su alrededor, lo que provoca un aumento exagerado de la temperatura que registra el sensor.
La sonda además no está a la altura adecuada y suelen instalarse en ambientes muy hostiles como son las grandes ciudades llenas de asfalto y hormigón.
Es evidente que un termómetro callejero no cumple los requisitos establecidos por la OMM, por tanto su medición ni es oficial ni fiable, además muchos de ellos están incluso mal calibrados.
Se podría pensar que estas lecturas erróneas se deben a que la temperatura al sol es mucho más elevada que a la sombra, creencia muy extendida y algo por cierto totalmente erróneo ya que, aunque parezca mentira, es prácticamente la misma (simplificando, la temperatura es la velocidad media de los átomos del aire y estos tienen la misma al sol que a la sombra ya que se mezclan constantemente).
Así que, en resumen, los termómetros callejeros mienten y mienten porque el sensor no cumple los mínimos para que la lectura sea fiable. No está a la altura correcta, no está bien protegido, no está aireado y su ubicación en un entorno urbano lleno de hormigón y asfalto dispara los valores de temperatura.
Por tanto, sed críticos y recordad que los termómetros callejeros MIENTEN!!!!